LA EVOLUCIÓN DE LA MARCA

RAYMOND WEIL aprovecha los siglos de habilidad y conocimientos relojeros cuidadosamente transmitidos en Suiza, desarrollando materiales, componentes y una minuciosa artesanía en todas las etapas de producción y ensamblaje, para cumplir así con los requisitos previos del etiquetado “Swiss made". La empresa tiene su sede en Ginebra, hogar de los relojeros más prestigiosos de Suiza, epicentro de la industria para el suministro de componentes y materiales.

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Una prioridad entre los principios de la marca es su orientación hacia el futuro. Este eje se aplica en la constante actualización de los conocimientos técnicos y equipos dentro de la compañía, permitiendo el diseño asistido por ordenador, y la producción de nuevos productos, utilizando métodos y materiales visionarios. La casa busca constantemente nuevas formas y enfoques para asegurar su evolución. Ha optado por construir, en lugar de quedarse anclada al pasado.

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La belleza y las proporciones estéticas no son una coincidencia. Gracias a su experiencia, saber hacer y a la precisión mecánica de sus relojeros, RAYMOND WEIL es capaz de transformar un concepto de diseño en un reloj de alta calidad para complacer a sus exigentes clientes. Desde la concepción hasta la etapa final del montaje, la atención de RAYMOND WEIL a la calidad es constante. Las manos y ojos del relojero experimentado y sus herramientas tradicionales destacan por una tecnología altamente sofisticada. Cada reloj se examina minuciosamente y se somete a 350 controles antes de recibir la etiqueta de calidad RAYMOND WEIL.

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